
La educación como conflicto:
Cualquier profesional de la enseñanza puede reconocer que la educación se presenta como un conflicto, como un desencuentro.
El educador como mediador:
El educador como mediador no solo ha de ser capaz de resolver conflictos, sino también de crearlos.
La tecnología como mediación
La actitud de los educadores ante las tecnologías es de una confianza ciega. Algunos creen haber encontrado en las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación la clave para poner en vías de solución el conflicto educativo, tal creencia puede terminar en el fetichismo, considerar la tecnología como una nueva divinidad en la que se espera satisfacer las necesidades y solucionar los problemas.
La eficacia tecnológica en entredicho
Los efectos de tecnología dependen fundamentalmente de lo que éstas comunican y de manera en que lo hacen.
Las tecnologías de la información y de la comunicación constituyen, sin duda una oportunidad única en la historia, tanto en lo que se refiere a su capacidad para generar, almacenar, manipular y distribuir informaciones como en lo que atañe a su potencialidad motivadora y a su capacidad de interaccionar con el sujeto que aprende.
Las tecnologías no solucionan de por sí los problemas comunicativos, ni en el ámbito de la enseñanza ni en el del entretenimiento.
Baste un ejemplo: el megáfono es una prolongación de la voz humana, poco sirve disponer de un potente altavoz si no se tiene cosas interesantes que comunicar, o viceversa, si se tiene algo que decir pero no se sabe comunicar de manera interesante.
Las tecnologías pueden interesar a los jóvenes en un primer momento, mientras resultan novedosas, pero a medio y a largo plazo resultan inoperantes si en su uso no se atiende la dimensión de los contenidos que se comunican y, sobre todo, si no se presta la debida atención al estilo con el que se transmiten.
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